La librería- café La Fugitiva es un santuario en medio del bullente Lavapiés.  En el interior del número 7 de la calle Santa Isabel,  el aire está impregnado de ese familiar aroma a moho, hierbas y vainilla que desprenden los libros antiguos. El local es de estilo vintage, con grandes ventanales que dejan pasar mucha luz natural, amplias estanterías y muebles recuperados. Una gran montaña de libros protagoniza el centro de la estancia principal y están dispuestas varias mesas donde los clientes pueden disfrutar de un café, mientras leen o trabajan en el ordenador.

Fundada en 2011, actualmente es el escritor y editor de origen cubano Santiago Méndez Alpizar quien ha dado continuidad al proyecto La Fugitiva, cambiando el género por libros de segunda mano y manteniéndolo también como un espacio para que los artistas contemporáneos puedan divulgar su obra, siempre con entrada libre. Durante la semana se programan lecturas de poesía, presentaciones de cantautores, pintores y escultores. El binomio librería-café funciona de maravilla y los clientes pueden disfrutar también de excelentes tés, vinos, cerveza, productos ibéricos de calidad y deliciosas tartas caseras.

El futuro de La Fugitiva comienza a dibujarse de la mano de Santiago. Se están especializando en la poesía, creando un amplio fondo de autores.  Al encontrarse en un paso turístico y en un barrio tan multicultural como el nuestro, procuran tener una variedad de libros que puedan ser atractivos para todos los públicos.  En cierta cierta ocasión– recuerda Santiago- entró en la librería el cantante y compositor Santiago Auserón (Juan Perro), y se tomó una cerveza. En pocos minutos se puso a cantar con nosotros y se creó un ambiente maravilloso. Este quizás sea uno de los tantos momentos de lujo que se pueden vivir en La Fugitiva.

Santiago ha dedicado su vida a la profesión de librero, fue fundador de los libreros de La Plaza de Armas y tuvo su primera librería en la calle Obispo, en La Habana. También escribe poesía y cuenta ya con algunos títulos como Punto Negro.  Cuando cuenta su historia refleja ese toque romántico de quien sabe que cada libro es una pieza única, que espera hallar su verdadero sentido en las manos de los lectores.

 

por evelina_de_medici/ Angy Rojo