El Mercado de Antón Martín es famoso no sólo por sus comercios y comidas traidiconales, si no también porque lleva años abierto y ha sobrevivido a múltiples problemas del país, incluida la crisis de la década de los 80.

Inmerso en este mercado encontramos comercios como «Amor de Dios», escuela dedicada al baile español, y que gracias a este la tradición española del flamenco y la comida típica de aquí, ha dado un giro de 180 grados en el mercado,dotándole de prestigio.

Apesar de haber superado la crisis de las diferentes décadas, desde la aparición del barrio de las Letras, ha resurgido adquiriendo forma y haciendo que colectivos de ciudadanos de diferentes partes del mundo quieran ir a visitarlos. Estos ciudadanos suelens er procedentes de Nueva York, Londres o París.

Los comerciantes han sabido adaptarse a las demandas de este colectivo ciudadanos, ofreciendo nuevos productos y de mayor calidad (como la tienda de Yoko, comerciante japonesa dedicada a la preparación de productos en unidades más pequeñas para satisfacer las demandas de familias unipersonales o parejas sin hijos.

Otro de los colectivos que acuden a este mercado es el latinoamericano, de hecho, podemos encontrar en todas las fruterías y verdulerías del mercado productos típicamente tropicales: mangos, papayas, yucas, plátanos verdes,etc.

Por último,el mercado municipal de Antón Martín sigue manteniendo a su clientela «tradicional» de toda la vida: mujeres (y algún hombre jubilado) mayores de 65 años cuyos hijos han abandonado el hogar, pero que casi a diario acuden al mercado a comprar los productos perecederos, eso sí en menos cantidades que antaño.

Muy especialmente para las mujeres mayores del mercado es un lugar de referencia, al que durante toda su vida y mientras sus hijos han permanecido en la casa, han ido a comprar, donde ha coincidido con vecinos, han socializado y han intercambiado información.

Incluso hay señoras que obligadas a abandonar sus casas e irse a vivir con algún familiar a otro barrio al coincidir la pensión de viuedad escasa con el incremento de los precios de la vivienda, vuelven diariamente al mercado a hablar con sus antiguas vecinas y sus antiguos comerciantes.

El mercado así se convierte en un á,bito de socialización de alto valor simbólico para este público.

Además tambiém encontramos uno de los comercios que recientemente se ha trasladado al mercado, llamado «la Saletta» que hacen pizzas y comida italiana para llevar, a domicilio y para comer allí en el momento.

Recomendamos por completo la visita a este mercado tradicional típico de nuestro país, que ha superado crisis y que sigue adelante y ¡mejor que nunca!