Hoy en nuestro blog queremos hablar de Lamparito del Avapiés, un establecimiento que debe su nombre al antiguo nombre del barrio Lavapiés (Avapiés). Daniel Bernardo, su dueño, pasó de dedicarse a los asuntos medioambientales para abrirse paso en el mundo de la restauración. Fue entonces cuando se fue a Ávila, donde su hermana regenta un pequeño restaurante. Más tarde nació este pequeño local, situado en la calle del Amparo 88, y donde se pueden degustar deliciosos desayunos y comidas tradicionales.

Lamparito del Avapiés apenas lleva abierto 8 meses pero Daniel bromea diciendo que en el barrio “se lo está pasando muy bien”. Sus puntos fuertes, confiesa, es que el barrio aún mantiene ese poso de autenticidad, el pulso que siempre ha tenido Madrid.

Pese a que Lavapiés es uno de los barrios más multiculturales de Madrid, por las calles siguen paseando diariamente sus vecinos de toda la vida. “Es puro centro y conservamos un espíritu especial”, destaca este hostelero nacido en Chamartín, y al mismo tiempo confiesa que le gustaría que el barrio se hiciera peatonal.

Los productos de este bar son, en gran parte, traídos desde Ávila cuando empieza la temporada de huerta. Daniel destaca que son productos de calidad y biológicos, sin químicos ni pesticidas. Lo mismo sucede con la carne. El plato estrella es, sin duda, el rabo de toro, una receta familiar mejorada con el tiempo. “Al principio se le añadía chocolate, que es la receta tradicional, pero con el tiempo he ido probando texturas y sabores distintos hasta perfeccionar la receta”, destaca Daniel, e insiste en que tampoco podemos dejar de probar su receta de huevos rotos.

En el pintoresco barrio todo el vecindario le ha abierto los brazos, y su clientela típica suele ser gente de la zona o de la propia calle del Amparo. Los fines de semana el local se llena, sobre todo en las horas del aperitivo y la cena. “Si está en mi mano, le cocino al cliente cualquier cosa que le apetezca”, añade Daniel entre risas. Un local especial, con una decoración única, combinando ambientes rústicos y underground en tonalidades de blanco y negro. Así es Lamparito del Avapiés.